Memorias

Unos segundos más para olvidar las memorias precoces de infancia y quedar en un estado nulo de vida, sin una pre concepción de las cosas ni una certeza de lo que estás son, podrían ser algo y determinar mis actos, cambiar mi vida por la de alguien que pueda percibir dichos actos o encadenarse a mi propia existencia, sin cambiar de papeles y yo en el juego de pretender de que soy real, imaginar al mundo por un instante y decir que hago en él, si existe realmente, ver la utilidad del mundo o su total futilidad, caminar por las calles de una ciudad que se muere de sarna, en emisoras, o en bocas de las que emanan voces horribles, conociendo la inmundicia del mundo y cayendo lentamente en la nulidad de mis pensamientos, destrozando mis emociones con respecto a él y pensando que todo es igual, me produce las mismas sensaciones el caminar que el correr, evitar al mundo o estar en él, significarían lo mismo, pero es solo un acto de bondad lo que debe emanar de mí, eso es lo que dicen, eso es lo que debo hacer, obedecer las normas y continuar con vida, a pesar de la peste, de las pieles podridas y de la gente que camina, mientras mueren por dentro, continúan caminando, una razón para ver al mundo igual, gente muerta, gente viva que quiere estar muerta, gente que recordamos porque ya no está viva, por que está muerta, caminar despacio contra el viento, suspirar mientras se evaporan las sensaciones de que algo es diferente, nada es diferente y la nada y el todo se convierten en la misma mierda, unos segundos para evaporarme en mis pensamientos y olvidar quien soy o lo que suponen que soy, un segundo de inmortalidad es una palabra que se lee en un segundo, una palabra que perdura más que su autor o su repetidor, buscar el camino, hacia la nada, que se supone como todo, caminar lentamente entre la sarna y lo ruido de la gente, confundir a la gente con la peste y pensar que son la enfermedad, que no son ellos los enfermos, sino que ellos me pueden tocar y ser como ellos, o ser ellos al convertirme o enfermarme.